O el arte de fingir que tu corazón aún late.
Ocultar el dolor entre tabletas de chocolate.
Dejar para otro momento la incómoda situación.
Tantas cosas en la cabeza, tan pocas manos para todas,
Que ni el tiempo alcanza a abarcarlas por completo,
y mientras, perdida entre las páginas de este cuento
ves pasar sin remedio las horas.
Bloqueo mental, ansiedad, rabia,
No entender el porqué de tus actos,
dejarte llevar por el mar de palabras
y perder entre excusas los motivos sensatos...
¿Qué más da cuánto sumen dos y dos?
¿Qué te importa la letra de esa canción?
Te despiertas de este sueño de confort y seguridad,
para ver que aunque estés rota, el mundo sigue igual.
¿De qué sirve el propósito si el medio no alcanza?
La energía se agota, la motivación nunca existió.
¿Cuál es el medio cuando el propósito nos falta?
Pones parches para tapar la falta de ambición,
Pero lo cierto es que el vacío sólo crece en tu interior,
Y te preguntas por qué dejas pasar las horas
Sin arreglar el roto que sabes aún pendiente;
Te preguntas por qué las respuestas se pierden
En el tiempo que gastas sin darte cuenta de tu error.
No sabes qué hacer para cambiar el mundo;
Ni si el mundo espera ser cambiado;
Ni si das la talla para salvar lo que queda
De este corazón perdido y desgastado
que sufre por no entender qué se espera
de él, cuando sólo busca ser justo
y encontrar su oportunidad de hacerse ver.
Por Cristina