Nuestro trabajo era encontrar un final para este cuento, ponerlo en común en nuestro grupo y llegar a un acuerdo.
El final que nosotras hemos elegido, que curiosamente coincide con el mío, dice así:
Cuando los soldados llegaron a casa de aquel hombre, y le explicaron la situación, este accedió de buena gana, alegando:
- Si mi camisa puede hacer feliz a otra persona, entonces cogedla, y no quiero nada a cambio, pues ya poseo todo lo que necesito. Y es suficiente recompensa ayudar a mi rey.
Y así, los mensajeros (un tanto desilusionados, y envidiosos de aquel personaje) le llevaron a su señor la camisa del buen hombre. A la mañana siguiente, después de haber dormido con ella, el rey se despertó con ilusión, preguntándose si sería felicidad ese nuevo sentimiento que afloraba en su corazón.
Nunca dejó de estar agradecido al Hombre Más Feliz Del Reino, del que no volvió a saber jamás.
De esta forma, nos enseña que cuando las personas son felices, pueden hacer felices a los demás, y que la felicidad es contagiosa.
Este cuento se parece sospechosamente a uno de Leon Tolstoi... ;)
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