Originalidad :)

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lunes, 17 de febrero de 2014

Metáfora de la vida

Cree en ti, confía en ti, sueña.


Zona de confort
El vídeo ha dejado bastante claro que la zona de confort es aquella en la que nos movemos normalmente, que engloba lo bueno y lo malo de nuestro día a día, los actos que no varían en nuestra rutina. Es todo aquello a lo que estamos acostumbrados, que ni nos aporta cosas nuevas ni nos perjudica.
¿Cuál sería mi zona de confort?
Es en la que me encuentro normalmente, mis amigos, el colegio, el equipo de voleybol, la academia de inglés, mi familia...

Zona de aprendizaje
La zona de aprendizaje es aquella que amplía tu visión del mundo, que te muestra distintas opiniones y formas de vivir la vida, como pueden ser un viaje, conocer gente y culturas nuevas, apuntarte a idiomas...
En mi zona de aprendizaje entrarían el viaje a Galicia que hice el verano pasado y el que hice a Madrid hace un par de años, porque me aportaron nuevas experiencias y sensaciones. También metería las reuniones con los scouts, porque, aunque se estén convirtiendo en rutina, me llevo algo nuevo cada vez que voy y siento que estoy aprendiendo. No puede faltar 

Zona mágica
Yo no la considero como zona de peligro realmente (aunque muchas veces no me atreva a tirarme a la piscina), porque siempre he sido una soñadora y me gustan los retos.
En la zona mágica destacarían mis proyectos para el futuro, como estudiar psiquiatría o escribir un libro, viajar al extranjero y aprender italiano.

Autoestima

¿Qué es la autoestima?

Pues no es ni más ni menos que la percepción que tenemos de nosotros mismos. De nuestra forma de ser, de pensar, de actuar. Nuestra autoestima se define por como creemos que somos, por dentro y por fuera.

Una persona con la autoestima alta es positiva, creativa. Es capaz de enfrentarse a las adversidades, de no venirse abajo y de encontrar soluciones originales a los problemas.
Una persona con la autoestima alta no tiene miedo de relacionarse con gente diferente a ella, porque no lo ve como una amenaza, sino como un reto, como una oportunidad de mejorar y enriquecerse conociendo otro punto de vista.
Una persona con la autoestima alta, en definitiva, está contenta consigo misma, y es capaz de tratar a los demás con respeto, puesto que se respeta a sí misma.

Por el contrario, una persona de baja autoestima, como rasgo característico, no está contenta con su vida. A partir de ahí, podemos empezar a enumerar. Es muy indecisa, no sabe decir que no, es irritable y se autocritica constantemente. Además, son esclavos de la perfección, es decir, que quieren ser perfectos cueste lo que cueste, les obsesiona esa idea, que en el fondo no hace más que ocultar sus verdaderas imperfecciones.

¿Cómo podemos fomentarla?


Para reforzar la autoestima, debemos aceptar a las personas tal como son, fomentar lo positivo de los demás, devolver las cosas buenas que nos digan y dar autonomía y libertad a la gente que nos rodea. Pero no debemos confundir libertad con libertinaje. Lo primero conlleva responsabilidad, y consiste en tomar nuestras propias decisiones dentro de un orden lógico y de respeto hacia el mundo en el que vivimos y con el que convivimos. Lo segundo es, por el contrario, la ausencia de normas, la anarquía y la desorganización. Para entendernos, hacer lo que quiero cuando quiero y como quiero.