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jueves, 13 de octubre de 2016

Caperucita - Ismael Serrano

https://www.youtube.com/watch?v=4LSuu8-_XSk




Caperucita sólo tiene dieciséis 
primaveras sin flores, papá le dice: "Ven. 
Caperucita eres joven y tienes que aprender

a ocuparte de la casa, que serás una mujer.

Para que seas buena esposa
y no envejezcas sola,
en la cama y la cocina has de saber
alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo,
que te atrapa tu destino,
que has de ser madre y esposa".

Y la pobre Caperucita llora.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.

Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".

Una fría tarde Caperucita iba
a casa de su abuela a llevarle comida,
cuando se encontró con un lobo feroz.
Dime dónde vas niña, que te acompaño yo.

La muchacha se supo perdida;
gritaba Caperucita,
mientras la devoraba el lobo.
Bajo la falda del vestido
estallaron los dormidos
sueños que en la noche
la mantenían viva. Pobre Caperucita.

"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.

Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".

Una gris mañana Caperucita se casó,
vestida de blanco, bella como una flor.
Su marido, muy elegante, otro lobo feroz,
y su padre orgulloso lloraba de emoción.

Ahora, cada noche el lobo la devora,
clava sus dientes, y llora;
Caperucita, mientras, espera a que un aullido
le diga que el dormido animal despertó,
después descansa tranquilo
el malvado lobo feroz.

La cara de Caperucita alumbra una sonrisa
mientras mece una cuna. En ella está una niña,
quizás futura oveja para un lobo feroz,
a no ser que afortunada la rescate tu amor.

Caperucita la arrulla contra el pecho
y un murmullo lento y lleno
de esperanza y vida,
canta Caperucita.

"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.

Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad.
Quiero volar".

Fuente(s): letrasmania.com

sábado, 1 de octubre de 2016

No digas adiós

Sin darnos cuenta, hemos crecido. Sin pretenderlo, hemos cambiado.
Ahora toca aprender a vivir con ello y no mirar atrás con remordimiento, sino con orgullo. Haber llegado hasta aquí es lo importante, aunque eso haya significado abandonar Nunca Jamás. Hasta pronto, Peter; guarda nuestras aventuras y sueños infantiles. No quiero que me sigas en este camino, todo aquello pertenece ahora a los recuerdos, y los recuerdos son lo único que permanece inmutable en la senda del tiempo que me ha tocado recorrer.
Me habría gustado quedarme para siempre, y ahora que me voy, sé que nunca más voy a volver. Porque la infancia tiene que quedarse en el pasado si pretendo sobrevivir en este viaje y no ahogarme en la magnitud de lo que ya no soy. Te encargo a la niña que fui, puede quedarse, el mundo es un lugar demasiado frío para ella. Déjale que siga creyendo en la magia. Que siga soñando, que siga viviendo aventuras. Que una de las dos lo haga.
Porque yo tengo que seguir adelante para que ella se pueda quedar allí, contigo. Llevármela sería una tragedia. Sería renunciar a mi infancia.
Así que ella se queda, y nunca tendremos que despedirnos. Porque despedirnos significa irse, e irse significa olvidar.
Y yo no quiero olvidar. No es eso lo que significa hacerse mayor.
Hacerse mayor es comprender que el niño que fuimos seguirá viviendo eternamente en Nunca Jamás, en nuestros sueños infantiles, y que no tenemos que forzarle a madurar, ni tratar de vivir esos sueños por él cuando ya hemos crecido demasiado.